Quiero ser yo
Anclé mi corazón
en un puerto equivocado
donde no había marines,
solo tenía soldados.
Soldados del sentimiento,
soldados enamorados...
Eran almas solitarias
que solo querían mi mano
para que yo los guiara
al mundo de las estrellas.
A ese mundo donde brillan
y no existen tinieblas.
Se habían equivocado,
creían que yo era un ángel
que les salvaría su alma
antes de reencarnarse.
Pasé la noche llorando
al lado de mi dolor.
Yo era un alma perdida
que buscaba compasión.
Éramos ángeles de la noche,
que solo se nos ve en sueños.
Y seguiré vagando,
como soldado perdido,
en el mundo del amor.
¡Qué no quiero mas engaños
ni tampoco compasión!
Prefiero vagar a oscuras
que engañar a mi dolor.
Ya he sufrido bastante
engañada por los ángeles.
Ahora, quiero ser yo.
María José Robledo
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