Mi papelera!
Siéntate a mi lado y
escucha mis palabras.
Quizás no las comprendas,
quizás están enredadas.
Pero intentaré deshacer
palabra por palabra,
las volveré a ligar
por si algunas me faltaran.
Que el verso que yo te escribo
solo es parte de mi alma
y cuando voy a escribirlo
se me traban las palabras.
Solo están en mi pensamiento
y no puedo descifrarlas.
Tengo la papelera,
llena de hojas arrugadas,
todas llenas de borrones
sin juntar ni una palabra.
¡Si solo quiero decir
que te quiero con mi alma!
María José Robledo
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