Comencemos a vivir.
Dejo la puerta de mi alcoba abierta,
entra descalzo de puntillas
no hagas ruido, no sea que duerma
no me despiertes.
por si es un sueño
y no tu presencia.
Bésame suave de punta a punta,
de los pies a la cabeza
arrúllame en tus brazos
que sienta los latidos de tu corazón,
que nos quememos juntos
en la llama ardiente de nuestro amor.
Dejo la puerta abierta
te están esperando
mi alma, mi vida mi amor.
Pero al despertar estas a mi lado
abrazado a mi cuerpo
se acabó el soñar.
tomaremos el café ni frío ni caliente.
Mirando el mar forjaremos este amor
que empezó de una amistad.
María José Robledo
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